¿Cuál es la diferencia entre apego y amor?
- Relaciones Con Sentido
- 21 oct
- 6 Min. de lectura
Mi reto será unir estos temas y dar una respuesta sobre cómo podemos mirar las dos caras de esta misma moneda. Espero Paty A. que mi visión pueda contribuir a esclarecer tus dudas.
Cuando leí tu pregunta sobre el amor, intenté escribir una definición y muchas ideas vinieron a mi mente. Me dí cuenta que mi concepto ha cambiado y que los tipos de amor que he sentido han variado. Aunque no logré aterrizar una definición concreta descubrí que he tenido muchas formas, niveles y posibilidades de amar. Dado que tu interés resulta específico, me concentraré en lo que la vida me ha enseñado del amor de pareja.

Considero que vale la pena dedicar una carta completa al tema del apego por ser un concepto central en la recuperación. Prometo ampliar el tema para entender porque se habla tanto de desapego la próxima semana. Hoy diré que hay distintas acepciones y si estás familiarizado con la filosofía budista es probable que pienses que el apego es la fuente del sufrimiento humano y es correcto. Los budistas lo asocian con deseo y lo consideran como una característica de las relaciones tóxicas. Sin embargo, para los psicólogos el apego significa otra cosa: es la manera como nos vinculamos con otros, como aprendimos a amar y sentirnos amados.
Todos tenemos una manera de relacionarnos que se parece a la que tuvimos con nuestros cuidadores primarios cuando fuimos niños. Diría el Dr. John Bowlby que el apego “es el vínculo emocional que desarrolla el niño con sus cuidadores y que le proporciona la seguridad indispensable para el buen desarrollo de su personalidad”. Expresado de otra manera podemos decir que amamos como nos amaron.
El apego nos proporciona seguridad.
Si fuimos incondicionalmente amados, protegidos y aceptados, aceptaremos al otro sin tratar de cambiarlo o pretender que se ajuste a los estándares con los que fuimos educados. Sin embargo, las experiencias repetidas de desamparo, injusticia, abuso o negligencia dejan huellas psíquicas importantes que se traducen en heridas. Nuestras heridas conforman tendencias que se acentúan en patrones. Así recreamos en la vida adulta lo que más nos dolió cuando fuimos niños.

Entender cómo se gestaron nuestras heridas de infancia puede favorecer el interés por sanar nuestro estilo de apego, pues aún cuando hay evidencia suficiente para comprobar que la infancia no es destino, si no lo trabajamos es imposible cambiar. Esta es una gran oportunidad para hacerlo distinto y aprender a “amar al prójimo como a tí mismo y no, más que a tí”.
Si fuiste amado incondicionalmente y tuviste padres emocionalmente maduros seguro creciste con un apego seguro y organizado, pero si tus necesidades no fueron satisfechas te tengo una noticia: es probable que como yo hayas desarrollado un estilo de apego ansioso, evitativo o desorganizado. El apego está muy relacionado con nuestra manera de expresar el amor y la seguridad en nuestras relaciones.
Admitir que en la familia aprendimos a amar puede ser liberador pero no nos exime de la responsabilidad de actualizar estos conceptos. Esto no solo es un derecho, en mi opinión es una obligación.
En mi proceso desde muy niña sentí que me ganaba el amor de mis figuras de autoridad siendo buena. Aprendí una forma inmadura de amor. Mis padres cubrieron todas mis necesidades; alimentación, vestido, casa, educación, cuidados y afecto pero nunca experimenté amor incondicional. Nunca sentí que me amaron por el simple hecho de existir, más bien su amor era condicionado. Si cumplía con lo que se esperaba de mí era reconocida. Quizá por eso me esforcé por cumplir sus expectativas anulando cualquier resquicio de rebeldía y llegué a la vida adulta siendo complaciente. Reconocerlo tiene un propósito: ser honesta. Contarme la verdad para aceptarme como soy. Reconocer que no necesito tomar decisiones infantiles, ni huir. Tampoco necesito rechazar, juzgar o controlar; ni hacer más para sentirme aceptada o luchar por ser suficiente. De hecho, agradezco cuando alguien me frustra o se niega conmigo, lo vivo como entrenamiento y oportunidad.
¿Seguramente sabes que las relaciones basadas en el miedo son una expresión de carencias infantiles, de un estilo de apego inseguro? Entonces, ¿Cómo amar de un modo sano? ¿Cómo es el nivel de satisfacción en una relación de pareja donde prevalece el apego seguro?
El apego seguro se siente cálido, brinda paz y son relaciones de crecimiento que inician o terminan sin drama, conflicto o sufrimiento. No puedo ser simplista y pensar que es igual para todos, pero las relaciones de apego inseguro son inestables. En mi experiencia, huidiza por evitativa y él desorganizado, autentificamos una lucha de poder que alimentó una relación enfermiza.
¿Cuál es la solución?
En el programa de los doce pasos descubrí que lo más simple me llevó a la respuesta correcta. No hay nada que otro pueda hacer para que yo me sienta lo suficientemente amada, si busco la validación fuera de mí. Autocuidado, autovalidación y autorespeto son la clave para edificar AMOR PROPIO.
El verdadero amor sólo puede venir de la verdadera fuente. Si le has dado el poder a otros para recrear tus heridas de infancia sigue leyendo.
El punto de inflexión en mi recuperación ha sido encontrar un Poder Superior. Esto no implica que me niego a participar de relaciones humanas. Implica que aceptó el hecho de que las relaciones humanas son imperfectas. Hombres y mujeres intentando hacer lo mejor que podemos con los recursos que tenemos. Si cómo yo has buscado presencia y protección, reconoce que un puerto seguro solo puede encontrarse en el amor de “A” mayúscula, el auténtico. La atracción, el enamoramiento, el noviazgo, los impulsos y deseos se parecen mucho al amor, pero no son amor perfecto, son imitaciones.
Crecer es asumir el riesgo de ir al mercado de la pirateria y salir ileso. Honra tus relaciones y agradece las lecciones. El amor humano implica vínculo. Apego y amor son dos caras de una misma moneda que pueden confundirse. En mi opinión, sí existe el amor pero no puede ser perfecto.
Han tenido que pasar muchos años antes de llegar a creer en ese Dios omnipotente que nos ama incondicionalmente por lo que somos y no por lo que hacemos. Sentir el amor de Dios me ha permitido confiar en el flujo natural de la vida y de las relaciones. Hoy puedo diferenciar el deseo sexual del amor, aceptar que “querer amar a otra persona” a veces proviene de mis carencias y no es suficiente cuando disfraza la necesidad de sentirme querida. Hoy asumo que mi amor es imperfecto y que estar enamorada no es motivo suficiente para estar con alguien.
Reconocer mis aprendizajes ha sido edificante.
Te invito antes de involucrarte en una relación romántica conócete, ámate y acéptate. Encuentra una vía para construir una relación sana contigo. Nadie puede tener una relación plena con otro, si primero no la construye consigo mismo. Te invito a validar si te sientes capaz de ser amad@, si tienes miedo de amar a otra persona, si comprendes que es el amor maduro y si tu estilo de vida es congruente con tu definición de amor. Descubre como satisfacer tus necesidades y deseos de adulto. Expresa tu amor sin buscar el control. Reconoce que no necesitas actuar de forma dependiente, pero sobre todo acepta y bendice los errores del pasado que se traducen en crecimiento personal. No te juzgues, ni compares. Tu vida está en tus manos y si termina o cambia el estado de una relación, suelta que es Dios gritando eso no es para tí.
Te invito a reflexionar sobre estos conceptos. Identifica tu estilo de apego y descubre los tipos de vínculo que tienes con otras personas. ¿Has crecido? Honra tu camino hacia la madurez. Abraza esos “tropiezos” que te han preparado para una sola certeza, el amor estable es un equilibrio entre dar y recibir, aquello que crece y florece en la confianza, amistad, complicidad y buena comunicación. Esa sensación cálida, placentera, gratificante que sostiene, cuida y acompaña solo puede venir de nuestra dimensión más humana, la espiritual. Estoy segura que cuando logres tener ese calor en tu interior, podrás templar a tus seres queridos por el simple hecho de estar cerca de tu chimenea.
Quieres saber más… Espera mi próxima publicación.
Te deseo una semana de mucho crecimiento dónde logres descubrir porque tu estilo de apego quizá te trajo dolor. Aprovecho para recordarte que mi sueño es construir una comunidad basada en el respeto, la empatía, la responsabilidad y la comprensión. Sueño con un espacio dónde crecer acompañados y dónde resolver preguntas sobre temas que consideres relevantes. Así que puedes escribirme a mi whatsapp y pondré mi mayor empeño para juntos llegar más lejos, recuerda que cada día es una nueva oportunidad.
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Te abrazo,
Raquel
Raquel L. Morales Andere
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