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¿El espíritu puede enfermar? 

Introducción

Bienvenid@ a “Relaciones con Sentido”, una comunidad de hombres y mujeres que buscamos mejorar nuestras relaciones interpersonales. Un espacio que he preparado para ti con muchísimo cariño, donde cada semana recibirás un newsletter con respuestas a inquietudes de mis amigos y pacientes sobre  temas relacionados con  educación, familia, pareja y desarrollo personal.  Hoy estaré respondiendo a la siguiente inquietud de Yola P:


Esta pregunta no tiene una sola respuesta pero en mi opinión puede ser la llave que abre la puerta para hablar de lo que para mí significa navegar en el mar de la espiritualidad. Voy a comenzar por el final para intentar dar una respuesta puntual; concibo a el espíritu como el núcleo sano, esencia y dimensión trascendente de la persona. Eso que nos hace humanos, únicos e irrepetibles y que, a diferencia de cualquier órgano, puede verse restringido pero que por su propia naturaleza ni enferma, ni muere. Piensa, ¿acaso el paciente en estado vegetativo es menos persona?.

La Dra. Lukas tiene una meditación hermosa en este sentido y que compartiré en mi página web sobre una vela que aún con la cera rota, lastimada y herida puede dar luz. El pabilo cumple su función.

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En mi camino he podido constatar una y otra vez la visión antropológica de Viktor Frankl, quien concibió al hombre como una unidad en su multidimensionalidad, un ser dotado de un cuerpo físico, una dimensión psíquica (que abarca el mundo de los pensamientos, emociones, conductas y el aspecto social), pero también con una dimensión espiritual. El espíritu no es una entidad etérea flotando por ahí, es lo que integra nuestras otras dimensiones en una unidad. 


Es como si la vida fuera un juego de cartas, donde cada uno estamos haciendo lo mejor que podemos con la mano que nos fue dada. Esas condiciones que no podemos cambiar pero que necesitamos afrontar. Nos puede o no gustar la mano pero tenemos que jugar. Desde lo psicológico, podríamos pelearnos con la realidad, victimizarnos, enojarnos, deprimirnos, sentir miedo, humillación e incluso vergüenza, pero es justo en los momentos de enfermedad, ante la muerte, angustia, adicción,etc cuando aparece lo que llamamos “el antagonismo psiconoético facultativo” como fuerza para ir más allá de nosotros mismos y afrontar nuestra realidad. Es ahí, en esos momentos, cuando nuestro mundo se derrumba y creemos que no podemos más que surge la fuerza de oposición del espíritu como una necesidad de seguir jugando, el reto es ¿cómo?.

 

Pensando en cómo explicar esto recordé el día que murió mi padre. Sentada a su lado ví como su respiración se ralentizaba, su cuerpo se apagaba y acompañé su último aliento. Cuando exhaló miré su cuerpo tendido sobre la cama como el vestido que había utilizado para autentificar su existencia. En ese momento una cosa me quedó clara, mi papá era mucho más que ese cuerpo inerte. Ese cuerpo le había servido para expresar sus sueños, sus sentimientos, su valor para enfrentar su cáncer y su sentido del humor en medio de la tragedia. Le había permitido construir para nosotros un sinfín de recuerdos con los que trasciende cada día. Su ansía por conocer el mundo y vivir conforme a los principios y valores que eligió, aprendió y heredó de sus padres. Luis M. fue mucho más que ese conjunto de órganos consumidos. Muerto no veía, escuchaba, hablaba, ni se movía pero ahí donde no había función o conducta, estaba algo mucho más grande...su existencia, su modo único de haber estado en el mundo. Desde ese día pude diferenciar la tridimensionalidad y ahora con más ilusión busco descubrir esa esencia en cada persona. Trato de ver más allá para propiciar vínculos más sólidos, cercanos y profundos, convencida de la máxima de Antoine de Exupery, “Somos seres espirituales teniendo una experiencia humana”.


Así querida Yolita tu pregunta me llevó a reflexionar, ¿de dónde viene esa fuerza? En mi caso, en esos momentos de impotencia cuando se evidencia mi falta de poder sobre alguna situación, el cómo seguir jugando proviene de un “verdadero poder”, un “poder superior” a mi misma que me da fuerza y a quien llamó Dios. De hecho algunos consultantes creen que hago psicología espiritual. La verdad es que no, yo diría que estoy convencida de que la recuperación de los problemas humanos sólo puede venir de un trabajo integral que incluya todas nuestras dimensiones pero en especial la dimensión espiritual. 


Como yo lo entiendo, el cuerpo y psique son algo que compartimos con otros seres vivos. Pachas, mi perro, tiene un cuerpo y definitivamente siente un gran apego por mí pero no tiene la capacidad para reflexionar en cómo puede amar más a Raquel, solo tiene un modo de expresar su gozo. Mientras que la persona, ante un mismo estímulo, tiene un abanico de posibilidades de respuesta que lo llevan a elegir. A diferencia de las abejas que siempre construyen panales, la persona espiritual con sus elecciones se construye a sí misma. Es decir, no sólo decide sobre algo, sino sobre quién elige ser. Así puedo concluir que para mí, una persona espiritual es aquella que autentifica compasión, generosidad, creatividad, bondad, humildad , responsabilidad, integridad y honestidad, cualidades que no son psicológicas, sino que radican en mi dimensión espiritual.


 ¡Somos más espirituales de lo que creemos¡ Somos una posibilidad única. Observa como hoy con los avances tecnológicos es fácil conocer el futuro de cualquier estrella lejana en el firmamento, pero ni tú, ni yo podemos predecir lo que nos motivará mañana.


En mi próxima carta hablaré de la obsesión que en algún momento hemos experimentado. Esas ideas intrusivas y recurrentes que nos roban la paz. Trataré de explicar por qué en algún momento hemos sentido dolor e impotencia, ¿por qué nos peleamos con la realidad? Recuerda comprender es comenzar a sanar. No se puede curar lo que no podemos sentir. Espero que en esta carta puedas reconocer que fuiste dotado de un espíritu que te sostiene cuando las cartas de tu cuerpo y mente jueguen en contra. 


Quieres saber más… Espera mi próxima publicación. 

Te deseo una semana de mucho crecimiento para que logres apelar a tus valores, al ser espiritual que eres. Aprovecho para recordarte que mi sueño es construir una comunidad basada en el respeto, la empatía, la responsabilidad y la comprensión. Sueño con un espacio dónde crecer acompañados y dónde resolver preguntas sobre temas que consideres relevantes. Así que puedes escribirme a mi whatsapp y pondré mi mayor empeño para juntos llegar más lejos, recuerda que cada día es una nueva oportunidad.

Si consideras que esta información puede ser relevante para otra persona por favor compártela.

Te abrazo,

Raquel    





Raquel L. Morales Andere

FUNDACIÓN UNIDOS PARA PREVENIR A.C.

Dirección General

Móvil 045 461 5469772 y Tel. 01 (55) 52 90 81 72


 

 
 
 

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